Una de las tendencias en el mundo es automedicarse. Aunque en algunos países hay más control que otros, éste sigue siendo un problema que se repite en diversos lugares. En el caso colombiano, las estadísticas más confiables que se pueden encontrar es que antes de la pandemia el 28% de los colombianos compraban medicamentos sin fórmula médica. Ahora, durante el tiempo que lleva la pandemia el promedio de los que se automedican es de alrededor del 80%.
Algunas razones que se conocen por las que pasa este fenómeno, es que los pacientes para evitar congestionar los servicios de salud prefieren automedicarse. De igual modo, se presenta en zonas donde el acceso a la salud es limitado. Con todo y esto, la automedicación se realiza todo el tiempo de manera desbordada y desinformada sin importar los riesgos que puede generar en la salud y hasta en la vida de las personas. En entrevista con En Plural, hablamos con la doctora Melissa Buitrago Gómez, médico de la División de Salud de Bienestar Universitario quien nos habló acerca de qué es la automedicación, qué dolencias son las que las personas tienden a automedicarse, riesgos de este fenómeno, entre otras.
En Plural: ¿Qué es la automedicación?
Melissa Buitrago Gómez: Se refiere al uso de fármacos o productos medicinales para tratar síntomas o enfermedades que una persona siente o se ha auto diagnosticado. En general, incluye el consumo de medicamentos, así como de otros productos, como los herbales, naturistas, suplementos dietarios y otras sustancias, que muchas veces la población general no considera medicamentos, y sin embargo, tienen efectos en el organismo y pueden interactuar con otras sustancias consumidas.
También, se refiere a las situaciones en que un tercero, le administra fármacos o productos medicinales a una persona. Usualmente, son el boticario o dependiente de la droguería, un familiar o amigo cercano, y estas personas por su experiencia, los recomiendan subjetivamente a todos los segmentos de la población, incluyendo niños, adolescentes y adultos mayores.
E.P.: ¿Qué dolencias son las que más se automedican?
M.B.G.: Enfermedades menores y dolencias comunes que no comprometen la vida de las personas, son las más tratadas a través de la automedicación, tales como: Dolores generales, sobre todo de cabeza y espalda. Síntomas de resfriados como malestar, fiebre, moqueadera, estornudos, tos, dolor de garganta. También, diarrea, indigestión, acidez o reflujo. Es común que se presente automedicación para deseo de bajar de peso y aumento de masa muscular; así como quemaduras de sol, calvicie, acné, hongos en piel y uñas.
En la actualidad, se ha vuelto muy común la automedicación para la COVID-19, para la cual la gente se automedica desde analgésicos y antiinflamatorios, hasta medicamentos antiparasitarios, antibióticos, inmunológicos, incluyendo muchos naturistas o de medicinas alternativas, de los cuales poco conocen sus dosis seguras, efectos adversos, interacciones y mucho menos su funcionamiento.
E.P.: ¿Cuáles son los riesgos de la automedicación?
M.B.G.: Muchos riesgos se pueden presentar, porque se pueden dar autodiagnósticos incorrectos, que pueden llevar a tomar decisiones equivocadas. En particular, el uso de antibióticos o cocteles de medicamentos aparentemente inofensivos. Adicionalmente, se pueden presentar dosis incorrectas en cantidad o en duración; es decir, dosis muy altas que pueden causar toxicidad y mayor riesgo de efectos secundarios; las subdosis no permiten el adecuado tratamiento de los síntomas o la enfermedad, y si son antibióticos, se generan resistencias. También por la automedicación, se pueden presentar demoras para la búsqueda de atención médica cuando se necesita, enmascaramiento de enfermedades severas y riesgo de dependencia o abuso a los medicamentos.
E.P.: ¿Por qué los médicos se oponen al uso de antibióticos?
M.B.G.: Es una de las principales preocupaciones de los profesionales de la salud, especialmente por su uso inadecuado. Por un lado, para la persona que usa antibióticos sin necesitarlos puede presentar efectos secundarios, pues los antibióticos innecesarios dañan las bacterias benéficas (por ejemplo, la flora intestinal) que protegen el organismo de patógenos.
Por otro lado, el uso inadecuado de antibióticos genera que los microorganismos patogénicos muten y adquieran resistencia, lo que hace que fármacos inicialmente eficaces y seguros dejen de serlo y, en su lugar tengan que usarse en pacientes que sí los necesitan, medicamentos más invasivos, más costosos y con más efectos adversos.
E.P.: ¿Cuándo es posible la automedicación?
M.B.G.: Sólo cuando se practique de forma segura. Esto se da cuando una persona utiliza un medicamento de venta libre, de buena calidad, con estudios de seguridad y aprobación de los entes correspondientes, y lo usa para condiciones que son de muy fácil autodiagnóstico o que son crónicas y han sido previamente diagnosticadas por un médico. Una persona que se automedique debe tener acceso y comprensión completa de la información confiable respecto a la dosis, los efectos adversos comunes, las interacciones con otras sustancias, la duración de uso y los signos de alarma, entre otros aspectos.
E.P.: Si ya existe un diagnóstico y la enfermedad se presenta nuevamente ¿Es posible consumir el mismo medicamento?
M.B.G.: Es importante que la pregunta sea consultada con el médico y que la recomendación quede completamente clara, no solo respecto al tratamiento actual y a los signos de alarma de la enfermedad, sino también a qué hacer si se presentan los síntomas o si no se encuentra mejoría, y en cuánto tiempo es posible la reconsulta. En caso de presentar dudas después de una consulta médica, es mejor volver a consultar al profesional de la salud.
E.P.: ¿Qué le dice a la comunidad UNAL acerca de la automedicación?
M.B.G.: A excepción de enfermedades crónicas en las que el paciente ya conozca el tratamiento, lo más adecuado es buscar asesoría médica oportuna y evitar consumir medicamentos, sustancias naturistas, herbales o suplementos dietarios sin antes haber consultado a un médico. Y si llega a consumir alguna de estas sustancias, siempre hágaselo saber al profesional de la salud que le atiende.